Jugo de tomate fresco

Con un poco de apio o unas hojitas de hierbabuena, este jugo fresco de tomate se puede convertir en una deliciosa sopa fría veraniega.

Cómo hacer Jugo de tomate fresco

Si tienes muchos tomates frescos a mano, es posible convertirlos fácilmente en jugo de tomate casero, el cual se puede tomar inmediatamente para disfrutar de todo su sabor y frescor. O, bien, congelarlos o envasarlos para utilizarlos próximamente. Se convierte, de hecho, en una manera perfecta de conservar los tomates cuando se encuentran en plena temporada. Así, con los frascos de jugo de tomate fresco y listos, estarás lista para cuando llegue la temporada de caldos y sopas. Incluso puedes descongelarlos para elaborar una bebida refrescante y fría.

Ingredientes

  • 4 kg de tomates frescos
  • Pimienta negra molida
  • Sal

Preparación

Lava bien los tomates, córtalos en cuartos y retírales el núcleo. Luego, en una cacerola grande, coloca los tomates cortados en cuantos y cocínalos a fuego lento durante 30 minutos, o hasta que estén perfectamente tiernos.

Colócalos luego en un tamiz o colador, encima de un cuenco o tazón grande. Añade los tomates y tritúralos para separar el jugo de los trozos, pieles y semillas de este delicioso ingrediente.

Pon el jugo resultante a una sartén y enciende el fuego. Añade sal y pimienta molida al gusto, y cualquier otro condimento que desees agregar. Hierve el jugo para conseguir que todos los sabores se unan. Una vez haya hervido durante un máximo de 5 minutos, apaga el fuego y deja que repose un poco.

Deja que el jugo se enfríe por completo, antes de envasarlo o congelarlo. Si es para uso inmediato, los puedes colocar en la nevera. En caso contrario, te aconsejamos congelarlos.

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