¿Podría haber una ensalada más maravillosa? Posiblemente, pero en esta ocasión nos encontramos con una amplia diversidad de notas (dulce, salado, amargo, crujiente, cremoso, agrio, afrutado) que se combinan a la perfección para crear un plato tan exquisito como refrescante.
Ingredientes
- 85 g de lechuga romana
- 60 g de escarola
- 30 g de achicoria
- 40 g de rúcula
- 2 peras grandes
- 1/2 taza de nueces
- 1/2 taza de queso azul (desmenuzado)
- 1/4 tazas de hojas de estragón
- 3 cucharadas de vinagre balsámico
- 3 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
- 1 cucharadita de mostaza Dijon
Preparación
Comenzaremos precalentando el horno a 180 ºC.
Mientras tanto, lava bien y seca la lechuga romana, la escarola, la rúcula y la achicoria. Corta o rasga las hojas en trozos grandes, pero del tamaño de un bocado, pero reservando la lechuga, que dejaremos para más tarde. Añádelos a un cuenco grande, y mézclalos bien.
Pon las nueces en una bandeja de horno, y tuéstalas durante 10 minutos, o hasta que estén doradas ligeramente. Luego, cuando estén frías, córtalas en trozos y resérvalas.
Ahora sí, divide la lechuga entre cuatro platos. Lava bien las peras y córtalas en varios trozos (con la piel incluida). Acomoda la mayoría de las peras, las nueces, el queso azul desmenuzado y las hojas de estragón sobre la lechuga.
Combina en un recipiente que puedas cerrar herméticamente el aceite de oliva virgen extra, el vinagre y la mostaza. Cierra el recipiente y agítalo de forma vigorosa. En caso de que no desees hacerlo así, simplemente puedes añadir estos ingredientes en un tazón pequeño, y removerlos con la ayuda de una cuchara. Cuando esta mezcla se haya emulsionado, añade la sal y la pimienta negra molida al gusto.
Rocía este delicioso aderezo sobre la ensalada. ¡Listo! A disfrutar.