La levadura es un ingrediente esencialmente importante a la hora de elaborar recetas horneadas, fundamentalmente porque ofrecen la posibilidad de esponjar las masas, ayudando a que aumenten de tamaño. Es fundamental, por ejemplo, a la hora de preparar bizcochos, magdalenas, muffins y cualquier otra preparación similar.
Pero si te has animado a preparar un postre horneado, has descubierto que no te queda levadura, y no quieres correr a la tienda a por más, lo cierto es que puedes encontrar una solución ciertamente sencilla en la cocina.
Aunque no se trata de un truco óptimo, es posible hacer un sustituto de levadura efectivo, y bastante económico, para hacer bizcochos con la ayuda de dos ingredientes básicos: bicarbonato de sodio y jugo de limón. No obstante, también es posible sustituir el jugo de limón por suero de leche o leche combinada con una parte igual de vinagre.
Bicarbonato de sodio y jugo de limón
A la hora de cocinar con levadura, cuando la combinamos con harina y agua, los azúcares que se liberan son consumidos por la levadura, la cual a su vez libera dióxido de carbono. Este dióxido de carbono es el principal responsable de que el pan, o los bizcochos, crezcan cuando se cocinan.
Sin embargo, si no dispones levadura, lo cierto es que es posible crear una liberación de dióxido de carbono similar, combinando bicarbonato sódico con un ácido. Algunas recetas comunes, como por ejemplo podría ser el caso de las galletas, ya se basan en este sencillo proceso culinario.
Si deseas sustituir con éxito la levadura que necesitas para una determinada receta, solo es preciso intercambiar la cantidad correcta de bicarbonato de sodio y ácido, para conseguir que la masa se eleve. Toma nota:
- Añade todos los ingredientes de acuerdo a la receta que estés siguiendo.
- Luego, a partes iguales, agrega el bicarbonato de sodio y el jugo de limón recién exprimido, para igualar así la cantidad de levadura necesaria en la receta. Pongamos un sencillo ejemplo: si la receta necesita de una cucharadita de levadura, debes añadir media cucharadita de bicarbonato de sodio y media cucharadita de jugo de limón. Y si prefieres utilizar suero de leche, o una mezcla de 50-50 de leche y vinagre, en lugar del jugo de limón, también podrás hacerlo en la cantidad indicada.
- Finalmente, hornea como de costumbre. Eso sí, para que la reacción funcione como es debido, es importante introducir la masa en el horno tan pronto como hayas agregado estos ingredientes al final del proceso de preparación.
Truco: Para conseguir los mejores resultados, lo ideal es utilizar bicarbonato de sodio recién abierto, o que no hayan transcurrido 6 meses desde que se abrió.