Cómo sustituir la harina de pan con harina común

Cómo sustituir la harina de pan

Ahora que nos encontramos inmersos en pleno confinamiento/cuarentena como consecuencia del brote de coronavirus que está azotando España desde principios del mes de marzo, muchos reposteros y cocineros se han visto con una terrible sorpresa al acudir al supermercado: no se puede conseguir levadura, y en algunos casos también casi se hace imposible encontrar harina (ya sea de fuerza, para hacer pan, o de uso común).

El problema es más que evidente: se hace imposible elaborar cualquier tipo de preparación en casa, lo que puede ser aún más complicado y problemático si cabe, en particular si tenemos en cuenta que estamos obligados a permanecer en casa sin poder salir a la calle. Precisamente, por este motivo tanto la levadura o la harina se han agotado: miles de personas las han adquirido precisamente con el fin de hacer distintas preparaciones, y no tener que salir al supermercado a comprar.

Sea como fuere, si estás trabajando en una receta en la que se necesita harina de pan (o de fuerza), y no dispones de ninguna a mano, es posible utilizar un ingrediente común de la despensa como sustituto, que posiblemente sí tengas: harina de uso común.

¿Qué necesitarás?

Lo cierto es que este sustituto de la harina de pan no requiere de una gran inversión de tiempo. Es más, literalmente no es necesario un tiempo adicional. Además, no es necesario cocinar, al menos no para convertir la harina.

Por tanto, en lo que a los ingredientes se refiere, únicamente necesitarás un poco de harina común (o para todo uso). Simplemente deberás reemplazar la harina de pan que necesites en la receta con una cantidad idéntica de harina común, y proceder como de costumbre. Efectivamente, ¡es así de sencillo!.

Las principales diferencias entre la harina de pan y la harina común

Llegados a este punto, es bastante probable que te hagas la siguiente pregunta: si es posible utilizar harina común en lugar de harina de pan o de fuerza, ¿por qué hacer tal distinción?

La diferencia básica la encontramos en la proteína. La harina común tiene entre un 8 y un 11 por ciento de proteína, mientras que la harina de pan o de fuerza contiene una cantidad mucho mayor (entre un 12 y un 14 por ciento). Es esta proteína adicional la que da como resultado un aumento de la masa ligeramente mayor.

Además,  la harina de pan también produce gluten, lo que hace que el pan se vuelva un poco más denso y masticable.

Eso sí, para sustituir adecuadamente la harina de pan por la harina común, es necesario asegurarte de medir la cantidad de harina necesaria. Y es que si mides la harina de la manera incorrecta, podrías acabar añadiendo significativamente mucha más harina a la receta, lo que dará como resultado un producto horneado seco y denso, independientemente del tipo de harina que hayas utilizado.

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