¿Conoces la lechuga mantequilla?

Deliciosa y nutritiva, se convierte en una base excelente para cualquier ensalada, o como material para envolver otros exquisitos ingredientes.

La lechuga mantequilla (o lechuga de mantequilla) consiste en una variedad de lechuga verde que también es conocida bajo el nombre de lechuga Bibb, la cual está a su vez relacionada estrechamente con la variedad denominada lechuga de Boston. 

¿Qué es la lechuga mantequilla?

La lechuga mantequilla posee una textura tierna y un color particularmente verde brillante, aunque también puede ser púrpura rojizo intenso (de hecho, en ocasiones podemos encontrarla con una combinación de ambos colores).

En ocasiones, este tipo de lechuga se vende como una cabeza entera, con las raíces aún unidas, lo que ayuda muchísimo a la hora de evitar que las hojas más suaves se marchiten fácilmente, puesto que tienden a ser incluso más frágiles que la lechuga iceberg o la lechuga romana.

Sus orígenes los encontramos en el Mediterráneo, donde de hecho todavía se disfruta en una amplia variedad de platos tan nutritivos como ligeros, y sobre todo saludables.

Cómo usar la lechuga mantequilla en la cocina

Aunque es común que lo primero que pensemos cuando hablamos de usar la lechuga mantequilla en la cocina sea prepararla en ensalada, lo cierto es que hay muchas cosas que podemos hacer con este maravilloso vegetal de grandes hojas verdes.

De hecho, podría convertirse en una opción excelente para envolver diferentes ingredientes, como por ejemplo podría ser el caso de cerdo desmenuzado, pollo o carne de res sazonada. Además, también es deliciosa en sándwiches y bocadillos, ya que proporciona un ligero toque crujiente.

¿A qué sabe la lechuga mantequilla y cómo almacenarla correctamente?

Es evidente que su nombre, sobre todo en un primer momento, podríamos llevarnos a error. Y es que quizá pensabas que esta variedad de lechuga sabía a mantequilla…

Evidentemente, no posee un sabor a mantequilla (ni parecido si quiera), pero si posee una textura suave y sedosa en boca, que se siente incluso como si al comerla se derritiera -de ahí su nombre-. 

También es cierto que prevalece cierto toque dulce, lo que ayuda a proporcionar a las hojas una nota floral suave que combina a la perfección con carnes acompañadas con salsas de cítricos, o con quesos maduros.

En lo que se refiere a su conservación / almacenamiento, es aconsejable tratar siempre de mantener las raíces unidas hasta el momento en que vayamos a usarla en la cocina. En caso de utilizar media cabeza, se recomienda cortar únicamente lo que se necesita para la receta que pienses preparar, manteniendo el resto intacto.

Eso sí, cuando la volvamos a guardar en la nevera, es recomendable envolverla en servilletas de papel húmeda alrededor de las hojas, y colocarla luego en una bolsa de plástico aireada. 

Como ocurre con la variedad mesclun, y en definitiva con cualquier otra variedad de lechuga o de ensalada en sí, no es conveniente lavarla hasta que no se vaya a usar, puesto que un manejo excesivo podría terminar arruinando las hojas, dañándolas.

¿Qué beneficios nutritivos proporciona la lechuga mantequilla?

Como otras variedades de lechuga, la lechuga mantequilla es especialmente rica en vitaminas (en especial vitamina A, C, K y del grupo B), y minerales como el calcio, potasio, sodio y magnesio. Además, posee un elevado contenido en agua.

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