Muffin inglés (Bollos ingleses)

Deliciosos calientes, los panecillos ingleses son aún más exquisitos cuando los servimos rellenos con mucha mantequilla (o queso fresco) y mermelada.

Cómo hacer bollos ingleses

El muffin inglés consiste en un panecillo inglés tradicional que, aunque parezcan complicados, son muy fáciles y sencillos de hacer.

Eso sí, no debemos confundir el muffin inglés con el muffin americano, puesto que mientras que la versión inglesa (la original) consiste en un panecillo salado, la versión americana es el popular bollo dulce que tan popular se ha vuelto en los últimos años.

En el caso del muffin inglés es una masa, elaborada a base de levadura, y suelen consumirse en el desayuno o como merienda, sobre todo a la hora del té.

Pueden servirse tostados y calientes, acompañados con mantequilla o rellenos de dulce, como podría ser el caso de la mermelada. Además, es muy popular el típico desayuno acompañando los muffins ingleses con bacon frito y huevo.

Ingredientes

  • 225 ml de leche
  • 2 cucharaditas de levadura seca
  • 1 cucharadita de azúcar
  • 450 g de harina
  • 55 g de mantequilla
  • 1 cucharadita de sal

Elaboración

Ponemos la leche y 55 ml de agua en una cacerola, y calentamos suavemente hasta que se encuentre lo suficientemente caliente como para poder sumergir nuestro dedo sin quemarnos.

Colocamos la leche tibia en un recipiente pequeño, o en una jarra, añadimos el azúcar y la levadura, y mezclamos ligeramente, dejándolo reservado en un lugar cálido durante 15 minutos. Al poco empezarán a formarse unas burbujas suaves en la parte superior de esta mezcla.

Mientras tanto, tamizamos la harina en un tazón grande para hornear, añadimos la sal y revolvemos bien. Hacemos un hueco en el centro de la harina, y vertemos la mezcla de leche tibia y levadura.

Mezclamos ahora todos los ingredientes hasta formar una masa suave (no pegajosa). Si sentimos que la masa es un poco seca podemos añadir algo más de agua, gota a gota. Y si se encuentra muy húmeda podemos proceder a añadir un poco más de harina.

Colocamos la masa sobre una superficie ligeramente enharinada, y amasamos durante 10 minutos, o hasta que la masa esté elástica y suave. Volvemos a colocar la masa en el recipiente para hornear, la cubrimos con un paño de cocina seco y limpio, y la dejamos en un lugar tibio hasta que la masa haya duplicado su tamaño (podría tomar alrededor de una hora).

Una vez que la masa haya subido, volcamos la masa sobre la superficie enharinada, y la extendemos hasta que tenga 1 centímetro de grosor. Cortamos en rondas de alrededor de 7,5 centímetros. Es normal que la masa comience a hincharse de nuevo. Simplemente debemos volver a enrollarla a un centímetro.

Colocamos las muffins en una bandeja para hornear previamente engrasada, y las dejamos reposar durante otros 30 minutos más, en un lugar tibio.

Engrasamos una sartén antiadherente con un poco de mantequilla, y calentamos hasta que esté caliente (pero sin llegar a quemar). Añadimos unos muffins, bajamos el fuego y cocinamos durante 7 minutos por cada lado. Una vez cocinados, dejamos a un lado, volvemos a engrasar, calentamos, y continuamos, así hasta acabar con toda la masa.

Conservación

Basta con guardar nuestros panecillos ingleses en una lata o recipiente que se pueda cerrar herméticamente.

Consejos de degustación

Los muffins ingleses son deliciosos calientes, abiertos en el centro y rellenos con mucha mantequilla y mermelada de arándanos. 

Eso sí, si comienzan a secarse un poco, simplemente puedes proceder a volver a tostarlos ligeramente.

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